A menudo nos preguntamos qué diferencias existen entre los diferentes tipos de educación o formación, si todas ellas suponen del interesado un aprendizaje. Si todas ellas implican una asimilación de conocimientos, razonamientos y conceptos. Es evidente que partimos de ésta base, pero las formas en las que se produce éste aprendizaje, los métodos empleados para ello, marcan la diferencia, al margen de los contenidos impartidos y de lo establecido en el marco legislativo regulador en materia educativa.
Dicho de otra forma, tendemos a asociar la educación formal a la educación y formación reglada, y el resto sería todo o casi todo parte del amplio concepto de educación no formal.
Uno de los objetivos de este blog es visibililizar y dar valor a aquellos otros aprendizajes que conseguimos a través de otros cauces que no son las enseñanzas regladas ni universitarias, y que se aprenden en el día a día, a través de nuestras experiencias, haciendo nuestro el lema de “learning by doing” que tan bien asimilado tienen nuestros vecinos del norte de Europa.
Lo que aprendemos colaborando en nuestra asociación, lo que aprendemos cuando participamos socialmente a través del voluntariado, lo que aprendemos de la convivencia con otros individuos, de lo que aprendemos en espacios de debate y transmisión de buenas experiencias, todo ello, que nos reporta una experiencia vital y un desarrollo personal y emocional que nos enriquece y que difícilmente una universidad nos reconocerá bajo el título de una asignatura X.
La educación no formal han sido unas experiencias y unos conocimientos que tradicionalmente formaban la cara B de nuestro disco, y que solamente se ponía en valor, si la cara A nos llamaba la atención por resultar un éxito aplastante, y que en la mayoría de las ocasiones se valoraba sólo a medio o largo plazo.
En la actualidad, y dados los tiempos que corren, donde la crisis económica está teniendo como uno de sus efectos inmediatos la especialización y la acumulación de títulos académicos en jóvenes y no tan jóvenes, pero que en la mayoría de los casos lamentablemente no son garantía de un fácil acceso a un puesto de trabajo, es éste tipo de experiencias, de competencias, de habilidades, de recursos, los que van a marcar la diferencia entre los aspirantes a un mismo puesto de trabajo.
Como primera conclusión, adelantaré que la educación no formal es ésa que nos va a permitir saber lo que somos capaces de hacer, porque ya lo hemos hecho y que marcará la diferencia con quienes no han tenido ese tipo de experiencias, aprendizajes, etc.
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